El artista español Juan Lucerna plasmó bellamente en una pintura, que encabeza este artículo en portada, su homenaje a todos los abuelos que han fallecido producto de la pandemia Covid-19, y que no pudieron despedirse de sus nietos, quienes –en esa misma pintura- parecen despedirlos. Es la “Generación de Hierro” que comienza a cerrar su ciclo dejando camino franco a la “Generación de Cristal” conformada principalmente por sus nietos. Ha llegado la hora en que muere la “cultura-culta”, aquella que amaba a los grandes enciclopedistas y a los ‘maestros pensadores’ como Teilhard de Chardin, Friedrich Nietszche, Marta Harnecker, Jean Paul Sartre, Albert Camus, Simone de Beauvoir, Miguel de Unamuno y otros similares a ellos. Esa generación (de hierro) vivió en una sociedad dividida en dos realidades algo diferentes, pero supuestamente emparentadas por los asuntos económicos y políticos; primero hubo de transitar por el capitalismo de producción, que era avaro y elitista, para desembocar finalmente en el capitalismo de la sociedad de consumo que tiene como misión proveer de placeres sin tregua, y como destino, la diversión hasta morir. SE ESTA MURIENDO LA GENERACIÓN DE HIERRO La generación que sin estudios educó a sus hijos. Una generación que la familia estaba en primer lugar. Se respetaba a los mayores. Se ayudaba al vecino (próximo). La que, a pesar de la falta de todo, nunca permitió que faltara lo indispensable en casa. La que enseñó valores; empezando por Amor y Respeto. Se está muriendo la gente que enseñaba a los hombres el valor de una mujer y a las mujeres, el respeto por los hombres. Se están muriendo los que podían vivir con pocos lujos, sin sentirse frustrados por ello. Una generación que sembró la tierra. Que trabajaba muchas horas al día, para que sus hijos tengan el pan en casa. Los que trabajaron desde temprana edad y enseñaron el valor de las cosas, no el precio o las marcas de moda. Mueren los que pasaron por mil dificultades y sin rendirse nos enseñaron cómo vivir con dignidad. Los matrimonios duraban toda la vida. Los que después de una vida de sacrificio y penurias, se van con las manos arrugadas y la frente en alto. Una generación que tenía palabra, que era responsable, sabía decir permiso o perdón si se equivocaba, una generación agradecida a Dios. Se está muriendo la generación que enseñó a vivir sin miedo. Una generación con ética y valores que ama la vida. Que decía el aborto es homicidio y pecado. Ellos decían el maestro tiene la razón, y hay que respetarlo. El sueño de ellos era: que mis hijos sean maestros, o policía, o enfermero, que sean personas de bien y no de mal. Que aman a su patria y si es posible que den su mejor esfuerzo por su país. Dejamos un legado importante y ellos han seguido, pues la base ha sido muy importante. Que los que nos siguen emulen con su ejemplo las enseñanzas que dejamos para construir las próximas generaciones. ¡Se está muriendo! La generación que nos dio la vida. En honor a mis abuelos Gaitano Iantosca y Asunta Mollo Y mi madre: Maria Sabina Iantosca Una generación que la guerra no pudo matarlos. ¿Y en literatura? Ah…ello obliga a recordar al “boom latinoamericano” que entregó tanto autor excelso al mundo de las letras hispanas. La verdad es que antes de ese ‘boom’, el mundo había conocido, admirado y premiado a gigantes literatos hispanoparlantes como Federico García Lorca, Antonio Machado, Rafael de León, Vicente Huidobro, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbouru, Juan Ramón Jiménez, quienes en el mismo siglo veinte antecedieron a los ‘monstruos’ de la novela latina, cuyos nombres iluminan el cielo del arte de las letras. Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Jorge Amado, José Donoso, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Isabel Allende, son los más conocidos, pero no los únicos. Ya se nos va la Generación de Hierro…sus nietos, la Generación de Cristal, les despide, a la vez que extienden sus manos para recibir la herencia de arte, cultura, éxitos, fracasos, miedos y esperanzas que deberán aquilatar como un tesoro de positiva herencia, y ponerla al servicio no únicamente de su propio crecimiento, lo que es lógico y razonable, sino del avance de la humanidad. https://lavozinternacional.net/web/...eracion-de-hierro-a-la-generacion-de-cristal/ Me quedo con la frase..."La generación que sin estudios educó a sus hijos.."