El contexto de la pregunta considero esta errado desde un inicio, pues pre-supone una existencia previa al nacimiento, la cual no existe.
No me parece errada la pregunta. Una mitad mia estaba en el esperma de mi padre y la otra mitad en aquel ovulo de mi madre, los dos se unieron, hubo la fecundacion y ya pues, sali yo. Mas facil no podria ser...
Bajo cualquier tipo de teología o ciencia, la persona no existe antes de la fusión entre esperma y óvulo (para algunos no existe incluso hasta mucho después de eso). Normalmente se dice en teología que Dios "crea" a la persona al momento de la concepción añadiendo un alma al embrión, a partir de ese momento comienza tu existencia. Para algunos, la existencia comienza cuando el desarrollo del cerebro se completa, y el feto comienza a percibir su mundo externo e incluso a generar pensamiento, es decir, cuando comienza la percepción de la realidad. Es interesante notar, que todos de alguna forma no hemos existido en algún momento, y que por ello, no tiene nada de raro que después de la muerte, nuestra existencia vuelva a desaparecer.
Estimados amigos, la muerte no tiene porque ser necesariamente el fin. No sean tan positivistas en su visión del hombre. ¿No es cierto acaso de lo muerto, nace lo vivo y que lo vivo tiende a la muerte?. ¿No debería de esa muerte, brotar una nueva vida?.
Lo que tu mencionas es en términos de la materia que nos compone. Evidentemente de todo nuestro cuerpo muerto puede aparecer nueva vida en forma de bacterias, parásitos u hongos, al final, todos los átomos que nos conformaban materialmente pasarán a formar parte de otro ser vivo. Sin embargo lo que somos, nuestra conciencia, se pierde para siempre cuando muere el cerebro, pues la conciencia está formada por una precisa distribución de una astronómica cifra de neuronas y conexiones nerviosas. Solo si tienes un cosmovisión espiritual del mundo, puedes recurrir al argumento del "alma" para afirmar que algo de lo que somos permanece en la eternidad, pero eso me parece solo una forma de evadir el miedo a la muerte y un gran antropocentrismo, pues pensar que somos especiales o eternos es quizás ubicarnos en una posición superior a la que realmente tenemos.
Lo que mencionas en tu segundo párrafo me hace recordar a aquello que pensamos, soñamos, sentimos o vemos en visiones; eso que a veces nos pasa: "ver caras conocidas", "tener la sensación que ya hemos pasado por ese lugar ó que ya hemos realizado esa acción". Qué explicación se le podría dar a eso?
Estimado amigo, eso que dices de evadir el miedo a la muerte es una frase hecha. Eso lo puedes decir ahora, que estás en la juventud y que estás con todo el vigor de la edad. Pero cuando uno llega a la vejez y vienen los achaques y la enfermedad, el ser humano necesita un consuelo para su alma. Esa es una muestra de gran arrogancia del ser humano que no necesitamos consuelo, solo porque estamos en el vigor de la edad. Todos los seres humanos necesitamos consuelo. Después de todo los seres humanos, son una mezcla de soberbia e insignificancia. Los hombres nos creemos fuertes y los reyes de la creación, pero a la vez somos criaturas débiles que necesitamos consuelo a nuestras miserias. Plotino.
Bueno eso obedece a nuestro complicado y a veces imperfecto sistema nervioso. El reconocimiento facial se da una región del cerebro donde desde que comenzamos a grabar rasgos característicos de las personas que percibimos de forma inconsciente, nuestro cerebro, tal cual un detector facial óptico compara, todas las caras que conocemos en base a los patrones conocidos para poder reconocer un rostro. Este proceso dura fracciones de segundo y es completamente inconsciente, en algunas personas con algún problema neurológico como autismo, este mecanismo está dañado y tienen problemas para reconocer el rostro de las personas. En las personas normales a veces ocurre que reconocemos los rasgos de cierta en persona en otra, entonces tenemos la sensación inconciente de que "hemos visto esa persona en otro sitio", cuando en realidad simplemente nuestro visor óptico interno ha metido la pata. Lo del dejavú ha sido asociado con una mala transmisión de impulsos nerviosos en las zonas encargadas de controlar la memoria, como sabes no existe una sola región que almacene la memoria si no que pueda darse en varias zonas, por ello cuando un impulso nervioso (o una serie de ellos) que contienen información sobre las situaciones que estamos vivienda actualmente, viajan por zonas, por ejemplo, asociadas a la memoria, puede producir la sensación de que la situación que actualmente se vive, no es actual sino que es "algo anterior". Existen enfermedades como el dolor crónico, epilepsia o el insomnio que suelen incrementar la frecuencia de los Dejavú, por lo que, aunque no se conosca la forma exacta en la que se producen, parecen ser solo errores de nuestro sistema de almacenamiento de memoria.
En el cielo, haciendo cola para nacer. ¿Porqué en el cielo? pues no sé, como que el infierno no me parece buen lugar para un no pecador no-nato. O como dice el hinduismo, talvez eramos animales. Y antes de eso: plantas, y antes de eso: minerales, y antes de eso: pues mejor no preguntes. (tal vez eramos Dios o parte de él)
¡Te olvidas del esperma de papito! ---- Vaya... interesante pregunta, pero presupones que ya existimos antes de nacer. Platón decía en el mundo de las Ideas.
Muy buena pregunta. Aunque antes de nacer, mejor la pregunta hubiera sido ¿Dónde estamos antes de haber sido concebidos? Y desde un punto de vista filosófico suena muy interesante. Lo más lógico de pensar es que, simplemente no existimos. No somos nada, así de fácil. Desde el punto de vista filosófico, religioso, biológico, me parece que es igual.
seprando cuerpo de espíritu. el espíritu se encuentra con lo uno. mientras que el cuerpo, mitad y mitad según corresponda.
Como bien debes saber, si en realidad eres amante de los misterios y enigmas, que en la creencia popular los no-nacidos (abortos) no van al cielo sino se quedan en la tierra vagando como espíritus errantes, y en las zonas andinas los duendes son los no-nacidos, que acechan en la cuna de los niños para apoderarse de sus nuevos cuerpos.